La política de seguridad alimentaria de la UE regula los alimentos «de la granja a la mesa». Quiere garantizar:
- alimentos y piensos nutritivos y seguros
- un elevado nivel de salud y bienestar animal y protección fitosanitaria
- información clara sobre el origen, contenido, etiquetado y utilización de los alimentos.
La política alimentaria de la UE consta de:
- legislación exhaustiva sobre seguridad de alimentos y piensos e higiene alimentaria
- asesoramiento científico sólido en el que basar las decisiones
- aplicación efectiva y controles.
Cuando la protección específica de los consumidores lo justifique, pueden aplicarse normas especiales que regulen:
- el uso de plaguicidas, complementos alimenticios, colorantes, antibióticos u hormonas
- los aditivos alimentarios, como conservantes y aromatizantes
- las sustancias en contacto con los alimentos, por ejemplo envases de plástico
- el etiquetado de los ingredientes que pueden provocar alergias
- las alegaciones de propiedades saludables, como «bajo en grasas» o «alto contenido en fibra».
Abrir la puerta a la diversidad en el mercado alimentario de la UE
La UE pone gran cuidado en que sus normas alimentarias no excluyan del mercado a los alimentos tradicionales, no impidan la innovación y no perjudiquen a la calidad.
Cuando ingresan nuevos países en la UE (y, por tanto, en el mercado único), a veces es necesario aplicar medidas transitorias con el fin de darles tiempo para que puedan adaptarse a las estrictas normas europeas de seguridad alimentaria. Entre tanto no están autorizados a exportar productos alimenticios que no cumplan estas normas.
Con respecto a los alimentos en cuya producción intervienen organismos modificados genéticamente (OMG), la clonación y la nanotecnología («nuevos alimentos»), la Comisión es partidaria de la innovación responsable. Así se garantiza la seguridad y se estimula el crecimiento económico.
Brotes de enfermedades animales
Los animales pueden circular libremente por toda la UE. Ahora bien, las normas sobre seguridad y bienestar de los animales que se aplican en la granja deben cumplirse también durante el transporte. Si aparecen brotes de enfermedad, la UE tiene mecanismos y procedimientos en vigor para actuar rápidamente y establecer prohibiciones en caso necesario.
Los «pasaportes para animales de compañía» de la UE permiten a los europeos llevarse a la mascota (gatos, perros y hurones) cuando viajan. Sin embargo, y para evitar la propagación de enfermedades, se toman las mismas precauciones que con los demás animales.
Proteger la salud de las plantas
Las plantas y el material vegetal pueden circular por la UE sin restricciones, pero eso sí, siempre que estén libres de plagas. El examen del material vegetal importado y los controles del territorio de la UE contribuyen a detectar plagas incipientes.
Esto significa que pueden tomarse medidas preventivas y de ese modo evitar medidas curativas que pueden entrañar el uso de plaguicidas. Los «pasaportes fitosanitarios» para árboles jóvenes indican que han crecido en condiciones saludables.
Sistema de alerta rápida
La UE cuenta con un sistema de alerta rápida para alimentos y piensos (RASFF, por sus siglas en inglés) para proteger a los ciudadanos contra los alimentos que no cumplen las normas europeas de seguridad alimentaria. Este sistema permite también determinar si los alimentos contienen sustancias prohibidas o cantidades excesivas de sustancias de alto riesgo, como residuos de medicamentos veterinarios o colorantes alimentarios cancerígenos.
Cuando se detecta una amenaza, se alerta a toda la UE. A veces es suficiente con bloquear un determinado lote pero, si fuera necesario, se interceptarán todas las partidas de un determinado producto procedentes de una explotación agropecuaria, una fábrica o un puerto de entrada. También se puede proceder a la retirada de productos que ya se encuentren en los almacenes o en el mercado.
Trazabilidad y gestión del riesgo
Cuando importantes brotes de enfermedades animales o intoxicaciones alimentarias afectan a los consumidores europeos, las autoridades de la UE pueden rastrear los movimientos de los productos alimentarios a lo largo de la cadena de producción, ya se trate de animales vivos, de productos derivados de animales o de plantas.
Estas operaciones de trazabilidad y gestión del riesgo pueden llevarse a cabo gracias a TRACES, el sistema informático veterinario integrado que se utiliza para los controles fronterizos y la certificación de las mercancías comercializadas.
Decisiones con fundamento científico
La política de seguridad alimentaria de la UE se apoya en la ciencia. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) asesora a la Comisión Europea y a los países de la UE con dictámenes científicos independientes en el proceso de elaboración de leyes y en situaciones de alarma alimentaria.
La Comisión aplica el principio de precaución: interviene inmediatamente si los científicos consideran que existe un peligro, aunque sea potencial.
Aplicación efectiva y control
La Comisión supervisa el cumplimiento de las leyes alimentarias de la UE:
- comprueba que los países de la UE incorporan la legislación comunitaria a sus leyes nacionales y la aplican
- encarga a su Oficina Alimentaria y Veterinaria (OAV) que efectúe inspecciones sobre el terreno dentro y fuera de la UE.
La OAV lleva a cabo inspecciones de las plantas de producción de alimentos. Sin embargo, su tarea principal es comprobar que tanto la administración de los Estados miembros como la de otros países dispongan de los mecanismos necesarios para garantizar que sus productores de alimentos cumplan las estrictas normas europeas de seguridad alimentaria. Desde 2013, sus actividades se han extendido para incluir también a los productos sanitarios.
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